Jorge Luis Borges
Una sombra a mi costado
Un recuerdo de pecados
Hoja de triste invierno
Y esa acuerela dibuja caras
en cada pedazo de espejo
Igual camine la calle sin detenerme
a pensar que estuve vivo
daba igual que cabalgar
en caballos de calesita esteril
Ella seguia alli sin emitir juicio
Mientras yo atravezaba charcos
sin separar los pies de las baldozas frias
Hubo recuerdos
sonrisas y final feliz
hubo una mano y un te quiero
que cortaba todo sueño prodigio
y despues silencio
y una vaga redondez de cara
dibujada en espejo roto de acuarela
y otra vez la calle, el charco y la sombra
Y la absurda verdad de saber
que no ha muerto
lo que nunca estuvo vivo
3 comentarios:
Y la absurda verdad de saber que no ha muerto lo que nunca estuvo vivo... Qué bonito :) Me gusta
Muy bonito y muy triste..
bessos
Echaba de menos tus poemas y escritos. He tardado en dar con el blog... Ahora ha sido a mi a quien le ha tocado seguirte.
Me alegro de haberte encontrado.
Un beso
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